Tu felicidad no depende de los demás aunque a veces, sientas y creas que es así cuando te frustras por un conflicto personal. Una cosa es que a cualquier persona le guste encajar en un grupo de amigos, estar integrado y otra, muy distinta, que no se pueda ser feliz sintiendo el rechazo de una persona en concreto.
De lo contrario, corremos el riesgo de ser demasiado vulnerables ante heridas emocionales abiertas como, por ejemplo, la de un amor no correspondido. Lo cierto es que el desamor se supera por mucho que cueste asumirlo a simple vista.
1. En primer lugar, para ser fuerte en este tipo de situaciones tienes que ampliar la mirada para centrarte en la globalidad y no en ese aspecto puntual en concreto. Es muy importante que te des cuenta de que tu vida es mucho más y tiene mucha más riqueza que ese rasgo que te hace sufrir ahora mismo. No dejes que limite tu vida en negativo.
2. En segundo lugar, cuando algo te bloquee y te paralice de una forma extrema es fundamental que te preguntes el motivo por el que te afecta tanto. No se trata de regodearte en tu herida sino de reflexionar más allá para poder buscar soluciones y comprender que está pasando.
3. Habla de la situación con una tercera persona que pueda darte un punto de vista ajeno y pueda ser un foco de luz para ti en tu vida. Puede que te dé una pista que te aporte una luz que no habías visto hasta el momento. La comunicación es esencial porque como dice Platón, las mejores ideas surgen en el contexto de la amistad donde existe verdadera confianza para abrir el corazón y hablar.
4. Puedes reducir al mínimo el contacto con esa persona que te hace sufrir y reforzar el trato con esas personas que aportan alegría e ilusión a tu vida.