Aunque es cierto que el medio influye nuestra percepción de la vida y aún de nosotros mismos, hay que tener en claro que la autoestima aunque puede verse lastimada por esa misma percepción que tienen otros de nosotros, se va formando a lo largo de nuestra vida y es el resultado de lo que hemos vivido, de las cosas en que creemos y de lo que nos rodea, pero aunque la gente influye en ella, nuestra influencia es mayor, podemos sentirnos como queremos sentirnos pese a lo que los demás puedan pensar, pero ello implica aprendizaje y trabajo individual constante, que nos debemos a nosotros mismos.
La autoestima no es algo que se forma de un día para otro, sino es una concepción de nosotros mismos que comprende todas las experiencias y descubrimientos que hacemos a lo largo de la vida. Cuando somos niños vamos descubriendo el mundo y las relaciones familiares van delineando la forma en que nos vemos, es una etapa en que la aprobación o desaprobación paternal influye en la forma en que el futuro nos aprobaremos o desaprobaremos. Durante mucho tiempo los psicólogos han recomendado a los padres tener presente la importancia que tiene en la infancia su relación con los hijos, el desapego o la excesiva protección lo mismo que la constante desaprobación o indulgencia pueden cambiar la autoestima y convertirla ya en valiosa y segura que insegura y problemática.
Cuando llega la adolescencia, el ser humano vive una de las etapas más confusas de su vida, está cambiando físicamente y está madurando mentalmente, su modo de ver la vida es un tanto distorsionado, y los sueños juveniles pueden resultar complicando la realidad, no necesita tanto la aprobación paterna pero requiere la de sus pares, y se torna más crítico que nunca con sus capacidades y su inteligencia. La autoestima adolescente, es demasiado activa, se siente el centro del amor y el odio del mundo, ya se ve rechazado que amado, y se compara con todos, aunque todas estas cosas no ocurran el adolescente es resultado de muchas confusiones pero irá creciendo y algunas deberá cambiarlas con el tiempo.
Ese tiempo le convertirá en adulto y el adulto busca cómo mejorar la autoestima, pudiera pensarse un trabajo complicado y no lo es, parte de su mejoría deviene de asumir los aspectos negativos en que se ha incurrido y trabajar en torno a ellos. Hay muchas cosas que podemos hacer para sentirnos contentos con nosotros mismos independientemente de los demás, o sea cosas que logramos sin que necesitemos que nos ayude alguien más, porque nuestra autoestima es obligación nuestra. Así que trabajar en ese sentido no es complicado pero sí es un trabajo de cada día.
Ser positivo siempre, cuando asumimos la vida con negatividad nos negamos oportunidades de triunfar y de fracasar, que todo hay que decirlo, pero cuando triunfamos hemos avanzado y contrario a lo que se piensa también avanzamos cuando fracasamos porque hemos aprendido y estamos dispuestos a tener en cuenta ese aprendizaje la próxima vez. Ser positivo también comprende tener en cuenta que las personas pueden no resultar siempre como las pensamos o que las cosas pueden resultar mal, pero que eso no está en control nuestro y que nos arriesgamos conociendo personas e intentando más cosas porque y en esto volvemos al primer punto, no siempre se gana como tampoco siempre se pierde. Aprender de lo malo y ser siempre positivo es una regla importante de nuestra aceptación de nuestra vida y nosotros mismos.
Yo soy yo y tú eres tú, ese afán de comparar nuestra imagen y nuestras acciones con alguien más puede socavar toda nuestra autoestima y convertirnos en una frustrada copia de alguien más. Tú eres tú, nadie piensa como tú aunque por momentos muchos compartan una idea tuya, nadie luce como tú, y nadie vive su vida como tú, así que comparar cómo te vistes con como viste alguien más y comparar tus logros con los de alguien más es frustrante y no ayuda a la autoestima de nadie. Concebir el mundo sin compararse con nadie es una manera saludable de estar cómodos en nuestra piel.
Autoconfianza y aceptación, a partir de tener confianza en nosotros mismos hemos dado un paso gigantesco en el camino a ser personas confiadas y seguras de si misma. Esa autoconfianza deviene de reconocer que eres otro ser humano como todos y que puedes fallar y mejorar y cuando te aceptas como un ser humano con errores y virtudes es cuando dejarás de pensar que debes alcanzar las estrellas para satisfacer a nadie, hay que vivir con la confianza de que puedes contar con tu experiencia y tus talentos y aún con tus errores que te habrán reportado aprendizaje y también que cuando te aceptas en esos sentidos te sientes menos apremiado a ser quien no eres, porque tú hagas lo que hagas siempre serás tú.
Y luego de obtener confianza y aceptarnos como somos, asumir que podemos equivocarnos y que los demás con su forma de ser o vivir no determinan nuestra vida, debemos trabajar en mejorar nuestra autoestima, esforzándonos por mejorar lo que somos. Si tus errores te limitan y te averguenzan, si piensas que no son graves pero te resultan en algo de culpa, mejorarlos es parte de tu crecimiento personal. Si por ejemplo, siempre llegas tarde a las citas y eso ya te perjudica y te hace quedar mal, lo sabes pero no lo has mejorado, asumir que tienes un problema en ese sentido y trabajar en ello es una forma de tomar control de tu vida y asumir confianza y afianzar tu autoestima.
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