Las relaciones sociales no son un camino de rosas porque en el mundo existen personas de todo tipo y no puedes controlar al cien por cien, el tipo de personas de las que te rodeas sino que tienes que tener paciencia para soportar situaciones que en ocasiones, pueden ser un tanto decepcionantes.
Así sucede cuando una persona te hace un desprecio. Existen muchas formas de hacer un desprecio a alguien pero el malestar se agrava cuando esa actitud procede de una persona del entorno más cercano. Cuanto más quieres a alguien, más esperas de esa persona y más te implicas.
¿Qué hacer en una situación así?
1. En primer lugar, deja de buscar la responsabilidad y la causa de esa actitud en ti. Tú no eres el culpable de cómo se comportan los demás. Por tanto, intenta disfrutar del momento, relájate y vive.
2. No te sientas menos que nadie solo porque alguien te ha humillado. Depende de ti y de tu fortaleza interna no dejarte rebajar por una actitud externa. Ese gesto habla mal de esa persona pero no de ti porque la injusticia la ha cometido el otro. Valórate a ti mismo y no pidas disculpas por algo que no has hecho. .
3. Aunque a lo mejor te cueste creerlo es mejor que no te tomes ese gesto como algo personal. Existen personas que son poco responsables en las relaciones sociales y se comportan de una forma similar con todo el mundo.
4. Cuida de ti mismo porque eres alguien que merece la pena de verdad. No dejes que nadie te haga creer lo contrario a través de sus actitudes. Sigue confiando en la gente, no te cierres a la vida por un gesto tan puntual cuando tu vida en su globalidad tiene tanta belleza.
Las relaciones personales pueden ser una causa de dicha o de tristeza. No te bloquees dando vueltas a la cabeza a un asunto que es mejor aceptar tal y como es. La vida es bella, recuerda que esta aventura merece la pena a pesar de todo. Incluso cuando quien menos esperas, te da con un portazo en las narices.