Cómo controlar los ataques de hambre

¿Cómo controlar los ataques de hambre y evitar comer por puro aburrimiento o ansiedad? Muchas personas que pasan mucho tiempo comiendo no toman alimentos porque tienen hambre sino porque quieren llenar a través de la comida un vacío interno. Conviene detectar a tiempo el problema para evitar que vaya a más y poder resolverlo. ¿Cómo controlar los ataques de hambre?

1. En primer lugar, evita quedarte toda la tarde en casa sin hacer nada. El sedentarismo potencia mucho más la tentación de comer entre horas y de convertir la comida en una distracción y en un juego. Pero en realidad, aprovecha tu tiempo de una forma más constructiva: puedes quedar con un amigo para ir al cine, salir a tomar algo, pasear…

2. Las tentaciones de picar entre horas aumentan cuando al hacer la cesta de la compra llenas el carro de productos que no son de primera necesidad y que únicamente, responden al criterio del placer. Está claro que existen productos en el supermercado que son una auténtica tentación. Acude a hacer la compra acompañado en vez de solo y nunca vayas a comprar en un momento en que tienes hambre porque comprarás más de lo necesario.

3. Acostumbra a llevar desde casa el almuerzo o la merienda para la hora del trabajo. Así evitas tomar en un bar de forma diaria un pincho o una pieza de bollería industrial. No sólo es más sano lo que preparas en casa sino que a la larga también es mucho más económico.

4. Piensa en las posibles consecuencias de poder comer tanto entre horas: kilos de más. Es mejor tomar conciencia de la situación a tiempo para evitar disgustos innecesarios.

5. Toma infusiones de sabores que producen una sensación saciante y además, son muy sanas. Puedes darte este pequeño capricho entre horas cuando tienes el deseo de tomar algo.

7. Mímate en las horas de las comidas, disfruta de ese momento, para ello, esfuérzate también por dar una buena presentación a tus platos.

Anímate a poner un candado emocional al frigorífico para poner límites a los ataques de hambre entre horas: come no sólo con la cabeza sino también, con el cerebro.