La gestión de las emociones es un aprendizaje necesario y humano sin embargo, la inteligencia emocional no tiene el peso necesario en los colegios y en los centros universitarios. ¿Cómo mejorar la gestión emocional? En Conocernos, te damos las claves:
1. En primer lugar, piensa antes de hablar porque es mejor ser dueño de tus silencios que un esclavo de palabras de las que luego te puedes arrepentir. Medita y valora cada decisión que tomas porque es un gesto de madurez actuar en consecuencia.
2. Vive tu vida como tú deseas vivirla. Uno de los mayores sufrimientos es el que surge del miedo al qué dirán. Ha llegado el momento de avanzar y de tener un buen nivel de autocrítica para romper con esos vínculos dependientes que causan tanto daño a las personas.
3. Escucha tu corazón. Existen personas que dan un exceso de peso a la razón pero en realidad, es mejor valorar los sentimientos. El poder de los sentimientos también es muy profundo en la toma de decisiones y de hecho, los sentimientos nos acercan a las personas y potencian la empatía.
Dar un peso exceso a la razón también causa mucho dolor porque las personas excesivamente racionales quieren tenerlo todo bajo control, no se animan a improvisar, les cuesta salirse del camino trazado en su mente. La vida es mucho más que un mapa mental, la vida tiene que ser vivida con cuerpo, alma y corazón. Por tanto, disfruta del viaje de la existencia como una oportunidad para crecer cada día.
.4. Aprende a motivarte a ti mismo sin esperar comentarios positivos de los demás. La verdadera aprobación tiene que surgir de ti. Por supuesto, también es un aprendizaje humano aprender a recibir los elogios positivos externos. Cuando alguien te diga algo bonito di gracias.
5. Sigue formándote en temas emocionales. Acude a cursos de autoayuda, leer libros, asiste a conferencias… En este tipo de entornos también podrás aprender de aquellos que te rodean puesto que más allá de las diferencias, las personas tenemos muchos puntos en común.
¿Cómo mejorar la gestión emocional? Con mucha sabiduría práctica, ilusión y humildad.