Síndrome postvacacional

Cada año por estas fechas se habla mucho sobre el síndrome postvacacional, es decir, se habla sobre el sentimiento de tristeza que sienten muchos trabajadores al decir adiós al mes de agosto y volver al trabajo sabiendo que cada vez estás más cerca el otoño, con menos horas de luz y con la caída de las hojas de los árboles.

Con la crisis económica, lo cierto es que el síndrome postvacacional pasa a ser una anécdota puesto que la fortuna de muchas personas es la de sentir que tienen la suerte de tener un trabajo al que incorporarse. El síndrome postvacacional responde al proceso de cambio que siente una persona al tener que adaptarse a un nuevo horario. Sin embargo, al igual que el verano tiene mucho encanto, las personas que son felices en su día a día están encantadas de volver a las ocupaciones para poder ver a los compañeros de trabajo, ir al cine, seguir con una rutina concreta y pasar más tiempo en casa. Cada época del año tiene su magia.

Además, la vuelta a la rutina también es muy especial para tantos trabajadores que disfrutan haciendo cursos de formación ya que la oferta de los centros culturales es mucho más interesante durante esta época del año.

Aprende a conocerte a ti mismo para asumir la realidad de cualquier proceso de adaptación. Es decir, es normal que durante los primeros días de la vuelta al trabajo te cueste madrugar cuando suena el despertador y te dé pereza. Eso no tiene nada que ver con el síndrome postvacacional sino con la propia naturaleza humana.
Para aliviar el síndrome postvacacional es positivo que realices ejercicio físico y acudas paseando a la oficina porque el deporte es salud. Del mismo modo, pon tu mente en todos los detalles positivos de la vuelta al trabajo. Intenta ignorar esas cosas que no te gustan tanto.

Y además, no tienes que pensar en las próximas vacaciones sino en el próximo fin de semana, momento en el que podrás disfrutar del ocio, hacer planes con tus amigos y disfrutar de la vida de verdad.

Cómo evitar los celos profesionales

Muchas personas piensan que los celos tienen que ver únicamente con el amor, cuando en realidad, los celos también tienen que ver con el trabajo y todavía más, en tiempos de crisis donde el nivel de frustración y de insatisfacción aumenta. ¿Cómo puedes evitar los celos profesionales?

1. En primer lugar, piensa en ti mismo y en tu bienestar. Recuerda que tú eres el origen y el motor de tu proceso de cambio. Por tanto, evita la tentación de la comparación y esfuérzate por evolucionar como persona y como trabajador.

2. Disfruta de la vida como te mereces. ¿Por qué envidiar algo en los demás cuando tienes tantos motivos para alegrarte por ti mismo por la felicidad que has alcanzado?

3. Mira en tu interior: ¿Cómo te hacen sentir los celos? Te roban energía, te quitan la paz, te alejan de los demás… Cuando un compañero de trabajo haya tenido un logro importante, lo que puedes hacer es alegrarte por él. Por ello, acércate y felicítale de verdad por todo.

4. Disfruta del momento presente porque la vida tiene para ti muchas sorpresas. No te prives del gran placer de vivir con tranquilidad por ti mismo. Incluso, sin recibir ningún tipo de motivación externa. Eres una persona capaz de darte a ti mismo ese reconocimiento que a veces, buscas en los demás. Confía en tus posibilidades.

5. Aprende a defender tus derechos. Si crees que mereces un aumento de sueldo, entonces, ha llegado el momento de hablar con tu jefe para hablar de por qué crees que ya cuentas con méritos suficientes como para que mejoren tus condiciones económicas. En tiempos de crisis, también se puede pedir un aumento de sueldo.

6. No llores por añorar algo en los demás porque aunque no lo creas, muchas personas que aparentemente lo tienen todo, en realidad, no son felices. Recuerda que la felicidad está en ti y el bienestar está en tu alma a través de la aceptación de la propia vida y de la gratitud. Dile adiós a los celos y trabaja, cada día, tu buena suerte en el trabajo.

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