Hoy es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama una enfermedad que es dura en sí misma y que merece la pena afrontar con espíritu positivo. Ese espíritu positivo que queda reflejado en el lazo rosa de la lucha contra el cáncer porque este tono simboliza todo el coraje que tienen tantas mujeres valientes que dan lo mejor de sí mismas incluso, frente a la adversidad. La enfermedad es toda una escuela de aprendizaje, una escuela de la que han dado testimonio algunas personas que han vivido el cáncer en primera persona.
Éste es el caso, por ejemplo, de Miriam Suárez. La historia de Miriam Suárez es realmente dura. La hija de Adolfo Suárez, fue diagnosticada en el año 1993 de un cáncer de mamá que más tarde se extendió al hígado, también al pulmón y al cerebro.
Los doctores fueron muy pesimistas en su diagnóstico ya que le dieron una esperanza de vida de tres meses.
Miriam Suárez se convirtió en un testimonio de fe y de fuerza frente a la batalla más dura en la vida. Miriam Suárez encontró en este libro un sentido muy importante para su propia vida. «Quizás la misión de la enfermedad era ayudar a los demás con este libro» aseguró la hija de Adolfo Suárez. Su padre, un hombre orgulloso por el ejemplo positivo de su hija, escribe el prólogo de este libro que ya han disfrutado muchos lectores tanto hombres como mujeres.
«La sabiduría humana que he aprendido de mi hija, de su valor, de su resistencia, de su ánimo, ha sido la mayor lección moral que he recibido» afirma este padre coraje que sufrió la enfermedad de una forma indirecta al ver sufrir a su hija.
Un libro es un buen punto de apoyo, un soporte que puede aportar alivio y consuelo a aquellas personas que de una forma directa o indirecta se han encontrado cara a cara con la palabra cáncer y quieren encontrar respuestas.
Un libro puede ser todo un refugio en el que encontrar un poco de apoyo.
Fuente – Lecturalia
Foto – Libros Antiguos