No des nada por perdido porque la vida te sorprende cuando menos piensas y te da más de lo que podías imaginar: la vida es imprevisible, llena de sorpresas por descubrir y de misterios por desvelar.
En la vida, lo mejor siempre está por llegar. Disfruta del camino porque siempre quedan cosas buenas en medio del vacío inmenso de la existencia. Ese vacío llevado al extremo tiene nombre propio: futuro, un camino por desvelar y por descubrir.
No des nada por perdido porque la vida te da más siempre que pones de tu parte y te animas a soñar con lo imposible. Solo tienes que elaborar un plan de acción para tus metas. En la vida existen momentos de desencanto, desánimo, tristeza y pena. Sonríe porque es bonito poder escuchar con el corazón, el alma y la vida para interpretar las señales que se presentan en el camino.
Confía en la vida, disfruta de la existencia, no tengas miedo porque dentro de ti tienes muchos recursos y herramientas prácticas para afrontar todos los riesgos que se presenten por delante.
Busca motivos para sonreír incluso cuando creas que no hay ninguna razón por la que reír. La risa siempre es terapéutica, alivia en medio de cualquier tristeza, te ayuda a sentirte mejor contigo mismo. Te da más de lo que podías imaginar.
¿Cómo encontrar fuerza en un momento de debilidad?
1. En primer lugar, busca apoyos: rodéate de amigos y familiares porque no estás solo. Déjate querer y ayudar por aquellos que te aprecian y quieren ayudarte a llevar la carga.
2. Confía en ti mismo porque tienes fuerza suficiente para hacer frente a todos los obstáculos que se presenten en el camino.
3. No tengas miedo porque la vida es de verdad bonita. En un momento de dificultad, las personas ponen el foco de atención, únicamente en aquello que temen. Por el contrario, amplía la mirada para poder disfrutar de verdad de la existencia en su plenitud.
4. No te adelantes al futuro, ni a los acontecimientos para vivir la vida tal y como es. Vive el día a día es la mejor fórmula para aliviar el temor.