Escribir es una auténtica terapia porque en la medida en que pones por escrito tus sentimientos también te vas libernado de toda esa carga interior que a nivel emocional pesa dentro de ti. Pero además, escribir es un ejercicio que está al alcance de todo el mundo, por ello, incluso quienes no tienen amistades íntimas con las que poder hablar de verdad, la escritura se convierte en la mejor forma de encuentro con uno mismo.
Recuerda que dentro de ti tienes tu mejor amigo y que tú puedes ser tu mayor fuente de apoyo y de sufrimiento, todo depende del modo en el que te ves a ti mismo y de la forma en la que te tratas. La terapia de escribir te enseña que en la vida, es indispensable liberar el alma a través de palabras que han quedado ocultas en silencios que duelen tanto que se vuelven agujeros negros.
Por ello, cualquier actividad que esté vinculada con la escritura es terapéutica, por ejemplo, un taller de poesía, un taller de escritura creativa, un curso de lectura… Pero en tu día a día, también puedes escribir en un diario y contar qué te ha pasado a lo largo de la jornada. O incluso, puedes animarte a escribir cartas a un amigo imaginario. Te servirá para mejorar tu nivel de conocimiento y de introspección pero está claro que generar este hábito no siempre resulta sencillo.
Las nuevas tecnologías también nos ofrecen nuevas formas de estar en contacto con la escritura, por ejemplo, a través de un blog personal. En ese caso, elige una temática que te encante y en la que te gustaría implicarte para hablar de ti de verdad.
¿Por qué la escritura es terapéutica? Porque el hombre necesita de la palabra igual que el aire para respirar. Las palabras te ayudan a comprender mejor tu mapa interior. Y además, la vida fluye mejor al compás de palabras que están en el alma por mucho que trates de ignorarlas.