Cada día son más las personas que se suman a la lista de personas divorciadas,tanto mujeres como hombres, no importa la edad ni la clase social, el divorcio es una decisión que puede llegarle a cualquiera y tampoco importa el tiempo que se tenga en pareja, se divorcian los recién casados y se divorcian quienes acumularon muchos años en pareja. La mujer y el hombre cambian a lo largo de su vida, cambian sus formas de ver la vida, sus anhelos y la forma en que perciben la felicidad. Muchos divorcios van más allá de las peleas domésticas, de la diferencia de carácteres, de la infidelidad, sobretodo acaban por la monotonía o por no madurar al mismo ritmo.
Por lo que sea que acaba una pareja en divorcio, lo único cierto es que a la hora de finiquitar la separación,todos deberán enfrentar la vida como divorciados, hacer cambios y asumir que en alguna medida aunque ya no haya amor, aunque haya acabado bien que mal, aunque haya sido una decisión pensada, siempre puede haber algo de temor ante la perspectiva de retomar la vida en solitario, por ello es importante tener en cuenta algunos aspectos y no dejarse atemorizar por la vuelta a la soltería.
Sentimientos de culpa y arrepentimiento, cuando alguien se divorcia se asume que ha sido una decisión pensada plenamente por dos personas. Algunas veces ocurren divorcios que se hacen movidos por el sentimiento del momento, la ira de sentirse burlado por la infidelidad por ejemplo. Cuando el divorcio es un hecho puede llegar una etapa de sentirse culpable por acabar la relación, pensarse que no se luchó lo suficiente o asumir la culpabilidad de la ruptura, todo ello es imposible de ignorar pero tampoco es determinante ya, cuando te has divorciado debes seguir adelante. Y el seguir adelante implica aceptar tu cuota de culpa en la separación y decidirte a trabajar en ese sentido para mejorar.
Afrontar con valor los cambios, el divorcio sin duda alterará su forma de vivir, habrá que tener en cuenta unas nuevas finanzas, quizá haya que mudar de casa y habrán cambios y más cambios, que son normales y pueden hacer sentir impotencia ante un futuro en solitario que no puede parecer, para algunos prometedor. No queda más que respirar profundo y pensar en que antes de vivir en pareja, por mucho tiempo que haya sido, se había vivido en soltería y que como en otro momento se puede vivir de nuevo, que habrá que ajustarse e implicará sacrificios pero que tomar confianza y seguir adelante es un proceso que toma tiempo pero que se hace cada día.
Sentimientos negativos, cuando una pareja se separa en medio de una tormentosa relación, el divorcio lleva sentimientos cargados de negatividad, ya alguno se siente que desprecia a aquel con quien compartió su vida, que ha sido burlado en su buena fe, que el amor que sentía fue pisoteado, son sentimientos normales pero poco recomendables. Es mejor asumir que no estamos en el control de lo que los demás sienten o hacen, si le han fallado no ha sido su culpa y lo más saludable siempre será dejar de pensar en el asunto, hacerse el propósito de vivir el día a día, y eso es proponerse no pensarlo por hoy y así sucesivamente hasta que un día se encuentre constando que no lo recuerda más.
Divorciarse con hijos, los hijos sufren con el divorcio por mucho que se empeñe la pareja en evitar el pesar para ellos. Un divorcio con hijos tiene aún más carga emocional, hay que ocuparse del dolor y la frustración propia y de la de los hijos. En ese sentido hay que tener en cuenta que los hijos niños o adolescentes no son tan grandes como para comprenderlo, hay que tener paciencia con ellos e intentar preservar su felicidad. Un rompimiento maduro y sin dolor es más fácil de llevar para los hijos, hay que esforzarse por mantener la comunicación abierta y no empeñarse en dividir a los hijos entre padres, o usarlos como escarmiento contra el que rompió su promesa de amor eterno, los hijos no tienen nada que ver en ello y son víctimas de la situación.
Parte de la mejoría en el proceso de divorcio es sacar adelante la relación padre hijos sin lastimar a nadie. No hay que cortar la relación con ninguno de los padres, ni esperar que los hijos asuman partido, y sobretodo hay que darles estabilidad en los tiempos que viven y eso es estar presente para ellos y hacerles ver que el amor padres e hijos persiste y está vivo aún cuando el amor entre los padres se haya extinguido.
Nadie se cura de un divorcio por mucho que se empeñe, de un día para otro, hay que tomarse tiempo para adaptarse y esa adaptación también comprende asumir que si le han abandonado o han roto el matrimonio por otra persona y se siente en ese aspecto herido o fracasado, pensar en iniciar una relación con alguien más recién divorciado solo agrega estrés a la situación actual sobretodo si tiene hijos, y que las relaciones que se emprenden cuando se está vulnerable siempre tienden a fracasar.
Darse un tiempo para estar solo es lo más saludable, hay que asumir que no importa qué piense nadie sobre su soledad después de todo la única persona que importa a la hora de asumir una nueva relación es usted, y como no quiere que le rompan de nuevo el corazón, no tiene por qué buscar otra relación solo para satisfacer las demandas de nadie más, luego de un divorcio sus decisiones volvieron a ser suyas del todo, y le atañen solo a usted, si tiene hijos ellos forman parte de su decisión, pero hay que dejar un margen de al menos unos meses para poder emprender la búsqueda de un nuevo amor sin el riesgo de sentirse de nuevo con un fracaso.
La mejor manerade enfrentarse a un divorcio es asumir que todo tiende a tener un fin y que aunque algunos han logrado conservar matrimonios eso no aplica para todos, y que el ser divorciado no es un estigma para nadie.
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